13 nov 2010

Fantasmas en Buenos Aires (II)



"LA JOVEN QUE MURIÓ DOS VECES" (RECOLETA)


Una de las historias más escalofriantes que guarda el Cementerio de Recoleta es la de Rufina Cambaceres, la muchacha de 19 años cuya trágica muerte conmueve la memoria colectiva de los porteños. 

La joven era hija del renombrado escritor Eugenio Cambaceres (autor de "Sin rumbo" y "En la sangre"). Eugenio fue repudiado por la alta sociedad porteña de fines de Siglo XIX, por haberse casado con una bailarina italiana, Luisa Baccichi, a quien la “gente bien” apodaba despectivamente “La Bachicha”. 

El matrimonio tuvo una única hija, Rufina. Cuando Cambaceres murió su viuda Luisa y la pequeña Rufina, de 4 años, se instalaron solas en un palacete en la calle Montes de Oca. La niña desarrolló allí un carácter introvertido y solitario, que se acentuó durante su adolescencia.

Cuando Rufina contaba con 14 años era una hermosa y dulce doncella. Muchos jóvenes rondaban la casona de Montes de Oca, pero ella mostraba indiferencia ante los pretendientes. Hasta que conoció al hombre indicado, de quien se enamoró y con quién se puso de novia a los 18 años.


El 31 de mayo de 1902 Rufina cumpliría 19 años. Su madre había organizado una gran fiesta y luego de ella, asistirían a una velada en el Colón. Cuando finalizó el festejo y debían partir hacia el teatro, Luisa escuchó el alarido aterrador de una de las mucamas... Corrió a la habitación de Rufina y la encontró tendida en el suelo, rígida, muerta. 

Un médico confirmó que había sido un síncope. Al día siguiente la muchacha fue sepultada en el Cementerio de la Recoleta. Pero la joven no pudo descansar en paz, puesto que horas después el cuidador de la bóveda de los Cambaceres avisó sobre un macabro hallazgo: el ataúd de Rufina estaba abierto y con la tapa rota. 

Las autoridades hablaron de un robo, ya que la niña había sido enterrada con sus mejores joyas. Pero su madre vivió el resto de su vida torturada por la idea de que su hija había sido sepultada viva, victima de un ataque de catalepsia. 


La leyenda cuenta que Rufina, arañando, golpeando las paredes del féretro, logró salir y ver el cementerio desierto. Pero las puertas de la bóveda estaban cerradas. Entonces, víctima de la desesperación, volvió a morir realmente de un ataque al corazón... Por eso, una estatua de estilo art noveau la representa lánguida, con una mano aferrada a la reja de la bóveda, como tratando de abrir inútilmente el picaporte de una puerta... 


Rufina Cambaceres escondía además una pena de amor que seguramente la llevó a la tumba a tan corta edad... 

El día en que Rufina cumplía 19 años, mientras se arreglaba para asistir a una función de teatro, su amiga íntima le reveló un secreto que conocía desde mucho tiempo atrás: el novio de la muchacha era también el amante de su madre. El impacto de la confesión de su amiga fue terrible y le habría ocasionado el ataque. 


¿Quién fue el jóven caballero que rompió el corazón de Rufina? 


Ni más ni menos que el único presidente soltero que tuvo la Argentina: Hipólito Yrigoyen, quien después de un tiempo, tuvo un hijo con Luisa, la viuda de Cambaceres.

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